¿Cómo comenzar con los alimentos sólidos?
Alrededor de los seis meses el sistema digestivo de tu bebé está listo para recibir alimentos sólidos. La mejor manera de comenzar es darle alimentos en puré o papilla una o dos veces al día, esto lo ayudará a familiarizarse con el uso de la cuchara. Cuando tu bebé comience a comer con sus manos, podrás incluir en su alimentación rebanadas de fruta y alimentos con otras texturas.
Variedad y alimentos nutritivos: los principios de una buena alimentación
Con variedad nos referimos a incluir alimentos de todos los grupos alimenticios. Te recomendamos elegir alimentos de diferentes fuentes cada día, pues las dietas que excluyen uno o más grupos de alimentos están asociadas con un mayor riesgo de padecer enfermedades. No es necesario incluir todos los grupos de alimentos en cada comida.
Los alimentos nutritivos son aquellos que al estar listos para consumirse se mantienen lo más parecidos a su estado natural. Evita los alimentos procesados en la medida de lo posible, así como aquellos que contengan grandes cantidades de conservadores: cuanto menos procesado es un alimento, mayor es su contenido de nutrientes.
¿Y qué puede beber?
¡El agua es la mejor opción! También puedes incluir jugos de fruta naturales después de los seis meses. Evitas las bebidas azucaradas o con colorantes artificiales.
¿Qué cantidad de comida es la correcta?
Si bien existen muchas guías que pueden darte una idea de qué cantidad de alimentos son suficientes para tu bebé, son solo guías. Conforme vayas conociendo a tu bebé sabrás identificar cuándo está satisfecho.
¿Qué no debe comer mi bebé antes del primer año?
- Leche de vaca, ya que aumenta el riesgo de que desarrolle alergias o intolerancia a la lactosa. La leche de arroz puede ser una buena alternativa, pero recuerda que no debes usarla como sustituto de la leche materna o fórmula, sino más bien como un complemento.
- Miel, pues contiene una gran cantidad de azúcares y potenciales esporas de bacterias que en niños menores de un año pueden causar estreñimiento, cambios en el apetito, letargo, e incluso cambios en la succión, resultando en deshidratación y neumonía.
- Alimentos pequeños y duros que representan riesgo de asfixia. Por ejemplo: nueces, semillas, palomitas de maíz, uvas enteras y granos enteros.
- Productos bajos o reducidos en grasa.
- Bebidas carbonatadas, como refrescos, o las que contienen cafeína, como el té y el café.
- Evita añadir azúcar y sal a sus alimentos.
¡Más tips!
- ¡La hora de la comida debe ser divertida! Deja que tu bebé coma con las manos y que juegue con la comida. Ya habrá tiempo de enseñarle las reglas del buen comer, por ahora lo importante es que comer sea una experiencia agradable y positiva para él.
- Incluye nuevos alimentos de a uno a la vez y pruébalos durante un período de 3 a 5 días. Así, si tu bebé llega a tener alguna reacción alérgica, sabrás fácilmente quién fue el culpable.
- Siempre comprueba la temperatura de la comida antes de dársela a tu bebé para evitar quemaduras. Evita calentar la comida del bebé en el microondas, ya que además de que no calientan uniformemente los alimentos, puede alterar las propiedades de los mismos, haciendo que se pierdan nutrientes esenciales para los bebés. Lo mejor es calentar los alimentos sólidos en la estufa y la leche materna a baño maría.
Tu pediatra es el más adecuado para asesorarte sobre la nutrición de tu bebé y la alimentación más adecuada para él de acuerdo con cada etapa de su desarrollo. Si tienes dudas, consúltalo con él, juntos definirán las mejores opciones para tu bebé.